31 de mayo de 2023

Mi primera vez… con la colonoscopía (y ojalá fuera la última)

Nota: La Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda que las personas que tienen un riesgo promedio (*) de padecer cáncer colorrectal comiencen las pruebas de detección periódicas a la edad de 45 años. Esto se puede hacer con una prueba sensible para detectar signos de cáncer en las heces fecales (excremento) de una persona, o con un examen para observar el colon y el recto (un examen visual o colonoscopía)).

(*) Para efectos de detección, se considera que una persona tiene un riesgo promedio si NO presenta:
  • Antecedente personal de cáncer colorrectal o de ciertos tipos de pólipos
  • Antecedente familiar de cáncer colorrectal
  • Antecedente personal de enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn)
  • Síndrome de cáncer colorrectal hereditario confirmado o sospechado, como poliposis adenomatosa familiar (FAP) o síndrome de Lynch (cáncer de colon hereditario sin poliposis o HNPCC)
  • Antecedente personal de radiación dirigida al abdomen (vientre) o al área pélvica para tratar un cáncer previo

Cuento primero mi experiencia con mi primera colonoscopía, porque varias personas me han preguntado si es un procedimiento seguro en el Síndrome de Ehlers-Danlos (SED) y si puede tener complicaciones, y al final de la entrada hago algunas aclaraciones al respecto.

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Hace varios años debería haberme hecho mi primera colonoscopía de control (no tengo antecedentes como los citados previamente, aunque tengo más de 50 años), pero pasaron muchas cosas entre medio (la pandemia, problemas personales, de salud, económicos, y un largo etc.), que hicieron que el estudio se fuera extendiendo en el tiempo.

Para completar, cuando en enero estaban por hacérmelo, empecé a tener un cuadro de diarrea que no terminaba nunca. Mi médica clínica me dijo en su momento que estando inmunodeprimida era más probable infectarme con cualquier “bicho” que anduviera por allí, y pidió una batería de análisis; entre ellos, el de la bacteria Clostridium difficile, que dio positivo. Luego de tomar dos cajas del antibiótico metronidazol, y de seguir estrictamente la dieta que me habían dado, continuaba con ese desgastante cuadro. Mi tubo digestivo se negaba a procesar correctamente cualquier cosas que comiera. Bajé 10kg, y siendo que siempre fui muy delgada, quedé en un estado tal que tuve que comprar ropa interior más chica, achicar la cintura de un par de pantalones y hacerle unos agujeros más a un cinturón, porque toda la ropa se me caía. Estaba tan débil que me levantaba a la mañana, desayunaba, y tenía que acostarme otra vez. Los médicos me decían que eran los “coletazos” de la infección, y yo en el fondo pensaba que con tanto antibiótico habían barrido con mi flora intestinal. Tomé probióticos, prebióticos, seguí con la dieta para la diarrea, y recién dos meses después pude dejar la dieta y mis intestinos retomaron su funcionamiento normal, aunque solo había recuperado un par de kilos.

Por desgracia, esto hizo que mis médicos volvieran a la carga con la colonoscopía. Yo les preguntaba si no podíamos esperar a que recuperara más peso, pero ellos empezaron a sospechar que mi problema intestinal tan extendido en el tiempo no solo tenía que ver con la bacteria, sino tal vez con algún otro problema. Los resultados de una nueva batería de análisis que pidió mi gastroenterólogo dieron bastante bien, excepto por un aumento enorme en la cromogranina A (un marcador tumoral). Con más razón, y sin siquiera preguntarme, me dieron fecha para una endoscopía y una colonoscopía (es decir, para revisar mi tubo digestivo desde un extremo al otro), el día que quisieron, a la hora que quisieron
El “paciente” (y lo pongo entre comillas porque yo de paciente no tengo nada, y menos cuando se trata de procedimientos invasivos) a disposición de los médicos…

La preparación

19 de mayo de 2023

Mayo y el Síndrome de Ehlers-Danlos

Como ya sabrás si has visitado anteriormente este blog, otros blogs sobre Síndrome de Ehlers-Danlos (SED), o páginas de asociaciones y grupos de apoyo, año tras año dedicamos el mes de mayo a concientizar sobre esta enfermedad compleja, mal comprendida, poco diagnosticada y minimizada.



En este poster pueden verse algunos de los síntomas y características que apuntan al SED:


Si un médico conoce la enfermedad, la presunción del diagnóstico puede llegar en forma rápida, teniendo en cuenta estas y/u otras características.

Si el médico desconoce la enfermedad, o no la tiene en cuenta como una posibilidad, el paciente entrará en un tortuoso camino, en el que, o bien sus síntomas serán desestimados, o bien será derivado a médicos de diferentes especialidades, que probablemente solo traten cada problema puntual, pero no unan todas las piezas del rompecabezas que lleva al diagnóstico.

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