Muchas veces, la pregunta "¿Cómo estás?" es solo una formalidad. Generalmente quien pregunta solo espera una respuesta corta, del estilo "Bien". Y esa suele ser la respuesta de quienes tenemos enfermedades crónicas, aunque nunca estemos lo que se dice "bien". Solo decimos eso... para cumplir con la formalidad.
Ayer mismo, un familiar cercano me hizo esa pregunta, y en un acto de honestidad, comencé a contestarle: "Y... la verdad... no estoy muy bien que digamos...". El cambio de tema abrupto hacia los planes para fin de año, el clima, las mascotas, y la frase: "Bueno, ya vendrán tiempos mejores...", me dio la pauta de que esta persona no tenía la menor intención de saber cómo estaba.
Otras frases por el estilo, un poco más fuertes, suelen ser: "Lo que no te mata te hace más fuerte" (como si el sufrimiento no tuviera peso), o "Las cosas siempre pasan por algo" (como si el SED, una enfermedad genética, fuera culpa de la persona que la padece...).
De esto se trata la cuarta de mis tarjetas de fin de año honestas.
Ale Guasp
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Ale Guasp